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"No quiero vender el alma de Bovet"

Pascal Raffy, Bovet 1822
Apr 6 2018 - 13:28

Visitó México hace 30 años por primera vez. “Muchos cambios, ahora encantado de verdad por esta primera vez para hablar de nuestros guardatiempos”. Tras una breve presencia en SIAR los dos años anteriores, la firma da el primer paso firme en México para ganar mayor presencia en el primer mercado latinoamericano.

¿Por qué decidió comprar la firma en el 2001 finalmente?
Ha sido el destino. Con 37 años paré mi industria farmacéutica, una empresa familiar. Y me retiré para dar más tiempo a mi hija la mayor. Uno de mis banqueros de confianza, conociendo mi pasión por la verdadera relojería, me hablaba de algunas marcas que necesitaban inversiones. Pero no me interesó, los relojes no me hablaban. Desde el punto de vista de un coleccionista, el reloj tiene que hablarle. Pero llegó con los relojes de Bovet, una identidad tan precisa y única, el reloj de bolsillo adaptado a la muñeca. En el año 2000, Bovet hacía anualmente 136 relojes solamente. Entendí como coleccionista el tener algo único y exclusivo, una casa que tenía casi 200 años de historia, una marca respetada y pionera en Suiza.

¿Ya tenía piezas de Bovet en su colección privada?
Sí tenía relojes de bolsillo de Bovet en mis colecciones del siglo XIX. En 1825, la casa tenía 174 artesanos con la visión ya entonces en China, cuando nadie entendía que había que viajar, abrir la mente y entender a los demás. Me enamoré de esa historia. Odio las cantidades, prefiero lo cualitativo y aquello que llama la atención por los detalles y su identidad. Hoy tenemos 104 artesanos y hacemos inhouse nuestros movimientos, cajas, esferas, agujas, espirales... Ese mundo que yo vivía como coleccionista es el que mantengo como dueño de Bovet. Entré en la casa Bovet para ofrecer su brillo del siglo XIX.

¿Una producción siempre controlada?
Quiero una producción limitada. Nuestras vidas están reguladas por la mano de la globalización. Pero hay otra mano que es la tradición, los valores, la calidad por encima de la cantidad. La alta relojería está basada en dos cosas: el modo de desarrollar magistralmente la mecánica y el modo de vestir el guardatiempo. Y tenemos las dos cosas. La casa Bovet ha inventado el cronógrafo split-second, el doble escape, las cajas abiertas detrás en el XIX para el arte decorativo... Soy muy “cabezota” en esto, como máximo la producción se subirá a 4,000 piezas. Es la forma de adicionar las cifras 1822. No se puede defender el nivel alto de calidad si sobrepasamos los 3,500 o 4,000 relojes al año. No quiero vender el alma de Bovet.

¿Prefiere calidad a cantidad?
La alta relojería no puede mentir, sin mentiras. Un compromiso es aceptable en la vida, pero comprometer no lo es. Es donde se toca la frontera y se empieza a vender el alma. Si haces esto, es el comienzo del fin. La alta relojería es sincera y transparente. La casa Bovet es una casa de alta costura relojera. Quiero una casa verdadera. Prefiero la calidad a la cantidad.

¿Por esa sinceridad impulsó la creación de la certificación Qualité Fleurier junto a Chopard y Parmigiani?
Es el nivel más alto de certificación en Suiza. Cada marca presenta sus movimientos. Estos criterios los aplicamos casi desde siempre. Es útil e indispensable. Las reglas son las más complicadas de toda Suiza.

Con la histórica presencia en China, ¿Asia es la primera región de la casa?
Depende de las colecciones que presentamos. Por historia, uno puede pensar que Asia es la primera región del mundo para nosotros. Pero Asia y también los países del Este, Medio Oriente y EU están a 4% ó 5% por encima. Estamos muy equilibrados en las cuatro grandes regiones del mundo. Cuando el arte está presente y hay sustancia, la gente observa, aprecia, habla y pide. La apreciación existe en todas las culturas. Hay que abrir la mente y adaptar su relojería al gusto de una región y una cultura. Un guardatiempo siempre hablará más a una cultura que a otra.

¿Cómo ha ido esta visita a México?
Todo se basa en las relaciones humanas. Cuando estoy convencido de que los embajadores de la marca y nuestros contactos entienden la casa Bovet, entonces doy el paso. Hemos tenido ya un encuentro con coleccionistas mexicanos. Vemos que hay señores y señoras que entienden y hablan de detalles. Ya sabía que algunos de mis contactos en el mundo tenían coleccionistas mexicanos. Ahora es una invitación de la casa Bovet desde dentro de México. Es un honor y un verdadero placer.

Leslie López / Fotos: Hugo Salazar

Leslie López / Fotos: Hugo Salazar

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