El cronógrafo cumple 200 años. La historia de la relojería es una sucesiva nota a pie de página del invento de Louis Moinet. El empeño personal de Jean-Marie Schaller lo resucitó al panteón de los ilustres.
Cronografía estelar como epifanía exclusiva que revela el tiempo y lo eleva a un cielo iluminado sobre el dial. Una figura capital que cayó en las tinieblas del olvido. Ahora como marca independiente, la rúbrica del relojero francés es un inquebrantable sello que vela por la concepción moderna del tiempo. Empezamos con la manecilla a cero.
El secreto mejor guardado de este Memoris 200 Aniversario yace a la vista en la carátula esqueletada open-face. Se trata de la rueda de piñones del movimiento automático con el sistema “Energie Plus” bidireccional. Un disco excéntrico equipado con dos trinquetes permite al rotor usar el movimiento en las dos direcciones, implementando mejor la energía motora gracias al volante coordinado por esos dos trinquetes con forma de palas de cangrejo. Este sistema le valió al atelier independiente de Schaller un premio en 2013 en el Concours International de Chronometrie de Le Locle. Tecnología que optimiza el mecanismo rotor con siete pequeñas esferas o bolas de cerámica de reducido diámetro de 0.397 mm, equilibrando la precisión con bajo peso y rozamiento.
A nivel estético, Memoris 200 Aniversario destaca por el material traslúcido empleado de color azul que aporta mayor impresión de profundidad y relieve. Se emplea una nueva técnica de grabado sin precedentes. Un cielo estrellado con brillo natural, cada estrella se ha trabajado artesanal e individualmente en la carátula. La estética definida de la caja patentada de Louis Moinet es otro valor destacado del diseño: una arquitectura compacta de 52 piezas y un bisel en dos partes con seis tornillos.
El clasicismo de la pieza se refuerza con el monopulsador con terminaciones Clous de Paris. Detalles para rendir culto a dos siglos de ingenio. La pieza es como tal un cronógrafo “per se”. El dial es un contador principal de sesenta segundos con la subesfera de horas y minutos a las seis -función de segundero a las 9 horas y contador de 30 minutos del cronógrafo a las 3 horas-. El calibre LM54 de manufactura con 302 componentes nació el año pasado con el Memoris seleccionado por el Grand Prix d´Horlogerie de Genève en la categoría de cronógrafos. Un movimiento automático a 28,800 alt/h con 48 horas de reserva de marcha. El instrumento horológico en honor al relojero francés nacía en caja de oro rosa de 46 mm en una edición especial de 60 piezas (LM-54.50.80) con dos versiones en oro blanco con disco principal rodiado (LM-54.70.80), y oro blanco y disco principal azulado (LM-54.71.80), también en ediciones exclusivas de 60 relojes.
La versión del 200 Aniversario (LM-54.70.20) es de oro blanco y se limita a 20 piezas. Nace auspiciada tras el décimo aniversario del ateliers de Jean-Marie Schaller y los 200 años de la invención del cronógrafo. El alma de Moinet encarnada en el visionario Schaller, un director técnico con alma de relojero más que de CEO. En 1991 Jean-Marie Schaller se cruzó en el camino de Daniel Roth, que acababa de lanzar su propia marca. Roth andaba soñando con Breguet, y había participado en el renacimiento de la marca -Swatch Group la compró posteriormente en 1999-. Aquí sonó por primera vez el nombre de Moinet, el mayor olvido de la historia relojera. Schaller, más seducido por otro Abraham-Louis, el histórico Perrelet, perseguía el lanzamiento de esta otra nueva propuesta, que finalmente conseguiría en 1993 junto a un inversor.
Moinet seguía siendo una sombra en la oscuridad de los tiempos. En 1997 aquel nombre resurgió para volverse a apagar. Un amigo de Schaller le propuso replicar el éxito que tuvo con Perrelet. Pero Jean-Marie Schaller había decidido retirarse a Francia lejos del mundo relojero swiss made. Regresó y trabajó por un breve periodo en el departamento de marketing de relojería de Lacoste. Aquí fue cuando Schaller prestó atención a una oscura biografía del francés Moinet. El famoso Traité d’Horlogerie, publicado en 1848, era el único referente. “Tuve que volver sobre sus pasos y redescubrir sus obras, incluyendo sus famosos relojes”, ha reconocido Schaller en una aventura emocionante que le llevó a San Petersburgo y a Washington DC para retomar la historia no escrita del inventor del cronógrafo. “Apenas hemos arañado la superficie del genio creativo de Louis Moinet. Más que nunca, estoy convencido de que una mayor exploración de estos visionarios archivos traerán aún mayores sorpresas para nosotros”, ha asegurado Jean-Marie Schaller. Una década es solo el principio. Memoris 200 Aniversario, es el cronógrafo que ilumina el cielo nocturno con las estrella recuperada de Louis Moinet como padre de la estirpe relojera moderna.
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