En 1999 dos grandes creativos unieron fuerzas; Robert Greubel y Stephen Forsey comienzan a trabajar juntos convencidos de que hay que preservar el acervo de procedimientos y técnicas tradicionales en la producción de la alta relojería.
Desde entonces esta casa se ha dedicado a implementar todo el savoir-faire de la mejor tradición relojera dotando sus piezas del máximo nivel técnico y artístico. Tomando como eje su primera invención el Double tourbillon 30º, han dado un nuevo impulso a la relojería desde el punto de vista de arquitectura y maestría artesanal, así como innovación y mejora del rendimiento. “Somos escultores del tiempo, coreógrafos de las horas que pasan y arquitectos del movimiento del reloj –como pincel, un lápiz de propulsión como pluma, acero y oro como nuestros soportes”, expresaron Robert Greubel y Stephen Forsey.
Por su parte Stephen Forsey dijo: “Nosotros en Greubel Forsey nos enfocamos realmente en una idea, no en el dinero. Luego pensamos en los bocetos, creamos las complicaciones, incluimos indicaciones, etcétera. Empezamos con una idea creativa y le damos la bienvenida al proyecto y su desarrollo hasta que tenemos la pieza terminada. Al final podemos ver el valor de la pieza, si es correcto o bastante alto y tratamos de encontrar a los coleccionistas que nos apoyen. Ese es nuestro proceso creativo”.
En La Granja -ubicada en Neuchâtel donde han establecido su casa, un antiguo edificio relojero del siglo XVII restaurado por Gilles Tisson- con un enfoque artístico y artesanal Greubel, el creativo, hace un primer prototipo del reloj físico. Entre los dos socios comentan los detalles y definen la escala adecuada, la combinación perfecta para crear la pieza final. Finalmente, siempre involucran a los coleccionistas que le gustan de participar en el proceso.
Convencidos de que en el mundo de la alta relojería aún queda mucho por inventar, y desde su primera colección han adoptado la filosofía del arte de la invención. En su última aventura se han dado a la tarea de formar un relojero que pudiera crear a mano un reloj valiéndose de dispositivos tradicionales y transmitir sus conocimientos a generaciones futuras. Actualmente Greubel Forsey cuenta con más de 120 empleados y ha fabricado un total de casi 900 piezas.
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