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Jaquet Droz restaura obra maestra de la relojería

Jaquet Droz
Nov 10 2016 - 13:45

Desde sus orígenes, en pleno Siglo de las Luces, la firma se ha distinguido por sus creaciones diseñadas para medir el tiempo. Han sido pensadas como tesoros decorativos realzados por el savoir-faire de cada época. Desde el 2012, Jaquet Droz y la Association Automates et Merveilles trabajan juntos en busca de salvaguardar y realzar el patrimonio relojero de Neuchâtel, Suiza, a través de la restauración de tres importantes piezas: el planetario, de François Ducommun (Museo internacional de relojería de La Chaux-de-Fonds), el péndulo astronómico, de Albert Billeter (Museo de arte e historia de Neuchâtel), y el péndulo con pájaro cantor Pierre Jaquet-Droz (Museo de la Relojería del Locle, Château des Monts).

El patrocinio de la manufactura se concentrará principalmente en el pájaro cantor. El péndulo, de 92,56 cm de alto y formado por un gabinete realzado por apliques de bronce, tiene arriba una jaula que alberga un pájaro cantor. El gabinete es característico del estilo Imperio y del orientalismo que predominaba bajo Napoleón I, con los atributos emblemáticos de esa época: la esfinge, las victorias, los bustos con tocado egipcio, los cisnes y la hoja de loto. El movimiento del péndulo ostenta la firma “Pierre Jaquet-Droz à La Chaux-de- Fonds” en la platina. Es probable que Napoleón en persona haya pedido el movimiento Jaquet Droz para esta pieza, anterior al gabinete, con el fin de ofrecer un regalo muy a la moda a una Princesa de Wurtemberg.

El péndulo, que forma parte de las colecciones del Museo de relojería del Locle– Château des Monts desde 1984, se convirtió rápidamente en una de las obras principales del museo. Está equipado con un movimiento de doble caracol-cadena que da las horas y los cuartos de hora con dos campanas y un escape con rueda de encuentro. El canto del pájaro es producido por una serinette con cilindro de picos que interpreta seis melodías diferentes gracias a diez flautas. Cuando suena la melodía, el pájaro gira sobre sí mismo y abre el pico, agitando las plumas caudales e hinchando el pecho.

Esta creación no ha funcionado desde hace muchos años y por tanto es necesario desmontar y limpiar cada uno de sus componentes. Posteriormente, cada componente será restaurado respetando sus características originales. El proyecto de restauración culminará en 2018, con motivo del 280 aniversario de Jaquet Droz. El péndulo del pájaro cantor lucirá entonces un aspecto muy parecido al original. Sucede lo mismo con sus autómatas, tanto los espectaculares androides que fascinaban a las cortes europeas como los pájaros cantores que realzaban relojes de pulsera, de pared y tabaqueras, siguiendo la corriente naturalista de aquella época.

Algunas de esas obras maestras son conservadas en la actualidad en instituciones suizas o internacionales, principalmente en la Ciudad Prohibida de Pekín. Entre pasado y presente, las creaciones de autómatas contemporáneas de Jaquet Droz encarnan el mismo espíritu. Casi tres siglos más tarde, el Bird Repeater y el Charming Bird irradian la misma magia y suscitan el mismo asombro que sus ancestros.

Laura Hernández

Laura Hernández

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