Jaquet-Droz el más conocido creador de autómatas del siglo XVIII fue un entusiasta seguidor del movimiento naturalista. Creció en el campo rodeado por bosques en el Cantón de Neuchâtel, cerca del Lac des Brenets, Suiza. Este acercamiento a la naturaleza se manifestó a través de sus péndulos, tabaqueras, relojes de bolsillo y autómatas, que llegó a exportar a todo el mundo. En 1770 creó un autómata que alberga dos pájaros cantores. En 1785 fue el primer fabricante de relojes en introducir un pájaro cantor en un reloj de bolsillo. Existe también una caja de música con un pequeño Carbonero que trina del mismo año firmado por Jaquet-Droz que se subastó en el 2007 por 182,000 dólares en Skinner Auctions.
El pájaro ha sido sujeto dentro de la historia del arte a través de los siglos. Los colores de su plumaje, el canto, su forma tan estética, han logrado cautivar desde coleccionistas hasta pintores, escultores, fotógrafos y sí también a constructores de autómatas. El pájaro dentro de su jaula, cantando, moviéndose, casi vivo es una imagen constante dentro de las cortes chinas. Incluso hay un cuento que habla sobre estos autómatas “El Emperador y el ruiseñor” de Hans Christian Andersen.
Como homenaje al fundador de la casa relojera que lleva su nombre, la marca presenta el Bird Repeater y el Charming Bird, que recibieron el premio de la categoría Excepción Mecánica 2015 del Gran Premio de Relojería de Ginebra. Este año los Ateliers d'Art de Jaquet Droz repiten la hazaña presentando una versión inédita del Charming Bird, cuya esfera luce un nácar delicado con una decoración cautivadora y refinada. Todo está presente en esta pieza; el paisaje de los lagos suizos, el bosque, y el pequeño Parus major (Carbonero) que trina.
Este reloj, que representa un desafío técnico (dos mecanismos diferentes animan el Charming Bird, protegido por dos patentes), ha requerido varios años de investigación y desarrollo para introducir dos innovaciones importantes. El canto del carbonero, por un lado, se produce por la compresión del aire y no por la vibración, gracias a la introducción de tres tubos de cristal de zafiro diminutos. El primero recibe el aire, que se almacena en el segundo y luego es propulsado hacia el tercero para modular la melodía en función del volumen de aire y la velocidad del pistón. En el mecanismo, el regulador funciona de forma magnética, para evitar cualquier contacto entre las partes metálicas y eliminar los ruidos parásitos dentro del reloj. Caja de 47 mm, en oro rosa o blanco. Cada versión está compuesta de ocho ejemplares únicos.
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