Jaeger–LeCoultre y la UNESCO colaboran estrechamente desde 2008 para proteger los 47 espacios marinos inscritos en la Lista del Patrimonio Mundial. Entre las acciones que realiza la UNESCO con el apoyo de la firma se encuentra el proyecto de la Isla Coco, en Costa Rica, y la financiación por parte de Jaeger-LeCoultre de un barco de vigilancia para reducir la pesca ilegal de especies en vías de extinción.
La manufactura también ha brindado apoyo a una expedición de descubrimiento de un sitio aún inexplorado, la bahía de los Glaciares, en Alaska. También, ha garantizado el apoyo técnico para los próximos treinta años con el fin de evitar la contaminación de las aguas costeras de la Gran Barrera de Coral australiana, así como la proliferación de infraestructuras portuarias que la deterioren. Desde hace ocho años, Jaeger-LeCoultre se ha comprometido solidariamente con la UNESCO para brindar su apoyo a fin de proteger los tesoros marinos inscritos en el patrimonio mundial de la humanidad. La destrucción de los ecosistemas causada por la pesca ilegal, la contaminación, el turismo no sostenible, etcétera. Son muchas las problemáticas y es esencial sensibilizar a la población. A través de su apoyo económico y su gran implicación, la maison contribuye a la preservación de los recursos más preciosos de nuestro planeta y a la toma de consciencia de la población.
La implicación de la manufactura ha permitido a la UNESCO crear una vasta red de gestores de espacios marinos, que ponen a su disposición sus habilidades y su experiencia y están en constante relación con Fanny Douvere, coordinadora del programa marino del patrimonio mundial de la UNESCO, a quien informan de sus actividades. Una reunión trienal de todos estos gestores permite no solo una puesta en común de las prácticas, sino también una coordinación internacional sin precedentes. Más allá del aspecto financiero, el apoyo de Jaeger-LeCoultre se manifiesta mediante la acción concreta y la proximidad con las personas que actúan sobre el terreno.
A través de la colaboración Tides of Time, Jaeger-LeCoultre no solo ayuda a proteger las joyas naturales, sino también el legado del tiempo, que nada ni nadie podrá reemplazar. Jaeger–LeCoultre presenta en distintas ciudades del mundo, como Ginebra, Shanghái, Singapur, Moscú, Miami y Sao Paolo, una exposición basada en su colaboración con la institución.
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