Chopard reinterpreta el icónico St. Moritz, el primer reloj creado en 1980 por Karl-Friedrich Scheufele, copresidente de la firma.
El reloj St. Moritz fue el reloj deportivo pionero de la Casa, pero además su debut en acero fabricado en sus talleres. Karl-Friedrich Scheufele lo convirtió en todo un éxito. Representó un modelo muy innovador para Chopard, puesto que en la época era especialista en relojes de oro y diamantes.
La nueva colección de relojes Alpine Eagle fue concebida y diseñada por él mismo basándose en su pasión por los Alpes y en la fuerza del águila que reina majestuosamente sobre ellos. Se presenta en diez referencias, de acero, oro, dos materiales y oro y diamantes. Es producido en una versión de 41 mm de diámetro para el modelo Large y otra de 36 mm para el modelo Small.
El Alpine Eagle con caja de tamaño Large alberga el calibre 01.01-C con 60 horas de reserva de marcha, mientras que los modelos Small reciben el calibre 09.01-C con 42 horas de reserva de marcha. Este último, de sólo 8 líneas, es uno de los más pequeños en recibir la certificación del COSC. Ambos son visibles a través de un fondo de zafiro transparente.
Los dos movimientos automáticos que se encuentran en el corazón de los relojes Alpine Eagle están desarrollados en los talleres de relojería de Chopard y están certificados por el Control Oficial Suizo de Cronometría. Fabricado en un acero exclusivo, ultrarresistente y que refleja la luz – el Lucent Steel A223, late al ritmo de un movimiento Chopard con certificado de Cronometría.
Gracias a su composición hipoalergénica el Lucent Steel A223 tiene propiedades comparables a las del acero quirúrgico que lo hacen altamente dermocompatible. Además, con una resistencia de 223 Vickers, esta aleación es un 50% más resistente a la abrasión que los aceros clásicos y presenta una dureza única.
La industrialización de esta nueva aleación, cuya elaboración requirió cuatro años de investigación y desarrollo, fue un desafío – el muy estricto cuaderno de cargas vinculado a su producción aumenta significativamente tanto el tiempo de fabricación como el desgaste de las herramientas de mecanización. Es un reloj de caja y correa integrados, presenta un diseño depurado y contemporáneo a la vez, multiplicando las referencias al águila de los Alpes y a su medioambiente.
El bisel redondo del Alpine Eagle está adornado con ocho tornillos agrupados de dos en dos en los cuatro puntos cardinales. Su hendidura es tangente al círculo del bisel, signo de la calidad de los acabados y de la búsqueda de un orden estético. Estos tornillos también tienen una función técnica y garantizan la estanqueidad del reloj a 100 metros.
El Alpine Eagle representa la oportunidad para la Casa de presentar su nuevo compromiso con la protección del medio alpino a través del lanzamiento de la organización Eagle Wings – de la que Chopard es socio fundador.
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