Resurge un patrimonio histórico deslumbrante que estuvo perdido en las sombras del siglo XX. Una marca relojera histórica austriaca con sede en Viena y también en Praga. Carl Suchy & Söhne fue el único proveedor oficial de la Corte de Francisco José I y la emperatriz Isabel –Sissi- desde 1822. Todo el espíritu vienés de la monarquía austrohúngara “Fin de Siécle”, un extenso legado en la ciudad intelectual más brillante de finales del XIX y principios del XX hasta la fatídica 1º Guerra Mundial.
“Sigmund Freud tenía un reloj de Carl Suchy & Söhne, que llegó a contar con la producción de calibres en La-Chaux-de-Fonds gracias a una fábrica impulsada por el hijo Carl Suchy Jr”, explica Robert Punkenhofer, el emprendedor que impulsa el proyecto. “Hay muchos relojes de pared y de mesa, así como de bolsillo que todavía existen. Me llaman desde diversos países para ofrecerme piezas históricas de Carl Suchy & Söhne”. Una firma que llegó hasta la tercera generación, pero se perdió en el periodo de entre guerras. “Estuve investigando durante cuatro años antes de lanzar el proyecto, la firma desapareció finalmente y parece que la última heredera liquidó a la marca en su afición al juego”, detalla Robert, un austríaco que vivió en México durante tres años. “Ahora hay un descendiente de la familia que vive en Viena, pero es sastre e historiador, no relojero”.
La precisión suiza y la elegancia de Viena. La firma, como sus orígenes, no tiene mal gusto en sus elecciones. En su primer lanzamiento, Waltz nº1, se han ido a Vaucher Manufacture Fleurier para montar el calibre automático VM5401. Una de las manufacturas más reconocidas actualmente en la industria -fabrica para Parmigiani y suministra a Richard Mille, entre otras-. “Marc Jenni es nuestro maestro relojero, uno de los más activos creadores de la Académie Horlogère des Créateurs Indépendants de Ginebra”, asegura Robert Punkenhofer. Materiales exquisitos, artesanía en la base y diseño excepcional. Waltz nº1 presenta un minimalista diseño en caja de acero de 41 mm con formas redondeadas y armónicas que lo hacen muy confortable en la muñeca.
Adolf Loos, uno de los padres de la arquitectura moderna, sirve de inspiración fundamental para la estética. “La ornamentación es un crimen”, es una de sus frases más conocidas”, comenta Robert. “Empleaba poca decoración, más bien la textura de los propios materiales, que siempre casan de forma natural”. Una carátula con guilloché con finas líneas verticales y horizontales en perfecta simetría. Cuenta con un pequeño segundero que gira y queda alineado con el patrón de la carátula una vez al minuto. No hay números. “En Viena no somos muy acelerados, el segundo realmente no cuenta”. explica Robert Punkenhofer. “Hemos empezado con buen recibimiento del público, hemos vendido relojes en Suiza, Estados Unidos, Alemania, Italia...”. Estética depurada para el gusto contemporáneo.
Waltz nº1
Movimiento
Automático, calibre Vaucher VM 5401, 29 rubíes, marcha 50 horas
Funciones
Horas, minutos, pequeño segundero
Caja
Acero, 30 m
Dimensiones
41 mm
Correa
Piel
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