Los artesanos de Bovet 1822 expresan su virtuosismo a través del nuevo Récital 27. Diseñada por el propietario de la firma, Pascal Raffy, la caja en forma de atril presenta un bisel inclinado a las 6 horas. El diseño tridimensional establece prioridades entre las indicaciones, mejorando su legibilidad y guiando la mirada hacia el corazón del movimiento para descubrir la excelencia en cada detalle.
Disponible en titanio grado 5 y en oro rosa, el Récital 27 se propone en edición limitada a 60 guardatiempos. La puesta en escena tridimensional del movimiento destaca el perfil característico de la caja en forma de atril. La pieza emana una arquitectura innovadora. Las carátulas del segundo y del tercer huso horario y la cartela situada a las 12 horas lucen un inserto guilloché.
El triple huso horario ofrece a los coleccionistas una respuesta a las necesidades de la vida moderna y a la inmediatez de unas comunicaciones a escala mundial. La hora local se indica a través de unas agujas de las horas y de los minutos situadas al centro del guardatiempo, mientras que los husos horarios secundarias aparecen a las 3 horas y a las 9 horas respectivamente. Cada uno de los husos horarios secundarios muestra las horas y los minutos en una esfera tradicional de 12 horas.
Un indicador día/noche evita cualquier confusión entre la mañana y la tarde. Por último, una apertura muestra el nombre de una icónica ciudad correspondiente al huso horario indicado por las agujas. Los coleccionistas que lo deseen, tendrán la opción de personalizar los discos de las ciudades con unas localidades a su elección. Gracias a su intuitivo sistema de corrección, los tres husos horarios se pueden ajustar individualmente teniendo en cuenta los horarios de verano o de invierno.
Un indicador de la fase lunar en forma de cúpula completa la información en esta cara del guardatiempo. Su superficie está grabada para evocar los relieves del suelo lunar y, con el fin de aumentar su realismo, las capas más profundas están cubiertas de Superluminova. El mecanismo de precisión que regula la fase lunar requiere una corrección de un solo día cada 122 años.
La carátula calada desvela el entrelazado de las agujas, de los discos y del indicador de la fase lunar. Dando la vuelta al guardatiempo se podrá apreciar el extraordinario talento de los relojeros. El cristal zafiro del fondo permite admirar toda la superficie del movimiento. El coleccionista no dejará de descubrir nuevos detalles que ilustran el virtuosismo desplegado en la decoración de cada componente.
Agregar Comentario