La creación relojera como mejor movimiento. Y el premio cae por sí mismo. Chronométre Ferdinand Berthoud FB 1 ha sido reconocido con el Aiguille D’Or de 2016 por el Grand Prix d’Horlogerie de Ginebra.“No puedo creer que esto esté pasando tras presentar hace tan solo un año nuestra joven antigua marca”, comentó Scheufele en la ceremonia. “Quiero agradecer desde lo más profundo de mi corazón al jurado el habernos tenido presentes”. El nombre de un histórico maestro relojero recuperado como marca. Un galardón que se suma en plena efeméride de los veinte años de la manufactura Chopard. Karl-Friedrich Scheufele nos adelantaba en esta entrevista días antes. “Si piensas en las diferentes complicaciones a las que llegamos, fácilmente imaginarás qué complicación falta, así que ese será el siguiente paso”. Y así nacía el L.U.C Full Strike como respuesta. Chopard continúa el viaje en el tiempo tras los recientes lanzamientos del L.U.C Time Traveler One y L.U.C GMT One. Veinte años y los calibres siguen creciendo. Claves para conocer una marca bajo el estandarte de la independencia familiar y la exclusividad de sus piezas.
Berthoud es uno de esos grandes proyectos sorprendentes. ¿Solo un placer de producción exclusiva para coleccionistas?
Ferdinand Berthoud es una marca “haute horlogerie” de alta calidad con una larga historia, y series limitadas en un pequeño nicho de mercado estratégico. Creaciones últimas de guardatiempos para conocedores de la relojería y gente que entiende el gran legado de Berthoud.
Después de dos siglos, seguimos usando el tourbillon y básicamente los mismos componentes técnicos. Todo parece inventado. ¿La relojería es ahora un asunto de técnica, emociones, arte...?
Chopard está comprometido con los honores de la tradición de la alta relojería, pero al mismo tiempo tratamos de solventar esos problemas históricos con técnicas y soluciones modernas, como la precisión relojera del L.U.C 8HF.
Felicitaciones también por los 20 años de la manufactura. ¿Cuál fue el momento más difícil a la hora de poner en marcha el proyecto?
Uno debe recordar que la manufactura de Chopard empezó como una página en blanco. Cada máquina, cada pieza de papel es el fruto de nuestro propio trabajo e imaginación. Cree que hoy cubrimos todo lo que es necesario para trabajar nuestros movimientos de forma independiente. Para mí, era importante volver a las raíces de Chopard y convertirnos en una manufactura de relojes integrada y vertical. Era un trabajo de equipo y un gran reto que tomó muchos años. La parte más difícil fue el ser paciente.
La dirección y organización de Chopard es muy familiar, y funciona realmente bien. ¿Cuáles son las fortalezas y las debilidades de esta forma de trabajar?
Mi hermana y yo trabajamos estrechamente juntos en las tareas del día a día y nuestros padres están todavía muy comprometidos en el negocio. Todas las decisiones importantes y estratégicas son debatidas en los encuentros familiares, y ahí realmente decidimos. Que una familia sea la propietaria y dirija la compañía nos permite ser muy activos. Estamos integrados verticalmente, es decir, desarrollamos nuestro know-how tanto en relojería como en segmento de la joyería.
¿Y no es difícil mantener esa independencia en un mercado tan competido con compañías especializas o grandes ‘holdings’ relojeros?
Para mí, independencia es sinónimo de ventajas. Una de las más importantes es que no dependemos de accionistas, así que el proceso para tomar decisiones es más fácil y rápido, posiblemente marcando una gran diferencia cuando el tiempo es clave. Y también esto nos das la posibilidad de hacer planes a largo plazo, no necesariamente un retorno de las inversiones de forma inmediata.
¿Cuál es su reloj favorito?
Siempre hay una pieza favorita que está por llegar. Pero si tengo que elegir uno de mis favoritos, sería el primer L.U.C 1860.
¿Cómo definiría Chopard en simples palabras?
Independencia, calidad, pasión por la excelencia, creatividad, herencia y audacia.
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