Este mes M.A.D. Gallery de MB&F suma a Florian Schlump a la lista de artistas de la galería y presenta tres series de esculturas cinéticas que celebran la precisión mecánica y el placer sensorial de los relojes tradicionales de una manera puramente artística. “Estoy convencido de que un buen diseño lo genera la función perfecta. La función crea el diseño. El diseño no es un vestido para un cuerpo funcional”, afirma el artista.
Fascinado por los mecanismos de precisión Florian Schlump ha desarrollado un cuerpo de trabajo que se sustenta en los relojes. Ese sonido tan común en el pasado que anuncia el avance del segundero, el tic tac ha marcado el ritmo de cada pieza producida por el escultor suizo. Con estudios en la Academia de Bellas Artes de Lucerna, hereda de su bisabuelo, carpintero, el gusto por la construcción de meticulosos artefactos que combinan escultura e ingeniería. Tras viajar por el mundo durante dos años en una motocicleta que él mismo había fabricado, decidió continuar con su educación en el campo de la mecánica y asistió al Zentralschweizer Technikum de Lucerna, obteniendo un diploma en ingeniería mecánica en 1988.
Entrar al taller del Shclump, en Vilters Sargans, Suiza, es como entrar a una antigua tienda de relojes donde el sonido del tic tac marca la hilera de esculturas aun por terminar. El taller está justo detrás de su casa, el piso lleno de piezas de metal, antiguas y nuevas dan su idea del proceso creativo. “Tengo la posibilidad de hacer cálculos y repetirlos, pero personalmente prefiero servirme de las pruebas, crear prototipos que ofrecen la posibilidad de monitorizar rápidamente los resultados bajo condiciones reales —explica—. Para mí, la intuición y la experiencia combinadas suelen ser mejores consejeras que los resultados de un largo proceso de cálculo”.
Su trabajo no ha pasado desapercibido en el mundo de los relojes. La TM1, un reloj mecánico clásico de nueva concepción, se presentó en Baselworld en 2014. Ese mismo año, trabajó con la fábrica rusa de relojes de Petrodvorets, construyendo un reloj mecánico monumental de 22 metros con un movimiento impresionante, sincronizado por un péndulo de doce pies. El engranaje más grande tiene un diámetro de cuatro metros.
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