"El coleccionista de relojes es muy discreto"

Phillips ya opera en México. La casa de subastas inglesa se especializa en arte contemporáneo, fotografía, ediciones, diseño y joyería. Pero en el 2014 sumó a su portafolio la categoría de relojes de lujo, para lo cual se asoció con Bacs & Russo. Aurel Bacs y su socia, Livia Russo, se han convertido en verdaderos magos de las pujas en alta relojería. Conversamos con Cecilia Laffan, Directora Regional de Phillips en México.

¿Cuál es la función de Phillips en México, trabajará como casa de subastas?
Es una oficina regional que representa la propia casa de subastas. Realmente es un canal de negocios para comprar, vender, asesorar y copatrocinar. Tenemos varias funciones. Por aquí canalizamos lo que son compras y ventas dentro de nuestras subastas, al igual que ventas privadas. No vamos a subastar físicamente en la Ciudad de México, nuestras subastas son en las sedes principales: Londres, NY, Ginebra y Hong Kong. Las subastas de relojes se hacen principalmente en Ginebra, que es la cuna. Acaba de pasar una subasta donde se rompió el récord de venta, que también tenía Phillips, por un Rolex de pulsera. Un “Bao Dai” que se subastó en CHF 5,066,000. Curiosa la historia del reloj, que fue del último emperador de Vietnam que buscó el más raro, único y original Rolex.

Este año el mercado de la alta relojería se ha contraído y las grandes marcas han tenido que ajustar precios y planes. ¿Cómo percibe Phillips esto en las subastas?
Philips se especializa en subastas de alta relojería, acabamos de cerrar la subasta en Ginebra con una venta total de CHF 32.6 mill. Es lo que más vendemos. Se vendió un Rolex Daytona “Paul Neuman” muy particular por ciertos mecanismos y funcionamientos en casi CHF 4 mill. Lo que está sucediendo es que como casa de subastas nos estamos enfocando en lo especial, lo único y lo particular. Y en los relojes es muy interesante porque son piezas únicas muchos de ellos. Piezas que cada una tiene su historia, su bagaje cultural y todas las fantasías detrás de ellas. Es justo lo que codicia mucho el coleccionista. El perfil del coleccionista, su alma es: “mira lo que me encontré, es mía y es única”. Por ejemplo, los coleccionistas buscan “los patitos feos”. Ahora en la subasta de Ginebra hubo una línea que sacó Rolex con otro nombre. Un reloj muy lujoso que no pegó, los guardaron en las bodegas. Fue una producción muy limitada que ahora resulta ser algo muy exclusivo y codiciado. Tenía un mecanismo muy particular con fases lunares creadas por un científico. Son estos relojes que en su tiempo fueron fracasos comerciales y ahora son las estrellas de las subastas.

Los catálogos de las subastas son impecables…
Realmente nuestros especialistas de relojes son grandes cazadores, historiadores. Nuestros catálogos de relojes parecen libros de historia. Desde quién era, cómo funciona, cómo se desarrolló el mecanismo, qué hizo la casa entonces, los pequeños vericuetos de la tecnología interna, por manos de quién ha pasado. Sigue siendo un mercado súperexclusivo con mucho caché. Un tema que le da mucho estatus social a la gente que se compra su reloj. Los especialistas que trabajan en el departamento de relojería son coleccionistas ellos mismos, grandes buscadores de tesoros como Paul Boutros, que empezó a coleccionar con su padre desde los seis años –designado Director en América del departamento de relojería de Phillips-.

Y el mercado mexicano…
Lo que me ha tocado ver es que el coleccionista de relojes es muy discreto y la inseguridad del país ha provocado que la gente se encierre en su casa. He visitado coleccionistas que me sacan cajones, es un poco triste, pero sí hay mucho coleccionista aquí, les gustan los relojes. Les gustan sobre todo los Rolex y Patek Philippe.

¿Cómo se puede acercar un coleccionista mexicano a ustedes?
Por medio internet, teléfono etc. Armamos una cita y nos sentamos a platicar con ellos. Una de las ventajas de Philips es que somos una empresa chica, muy contemporánea, joven en cuanto a las generaciones y su mecánica de funcionamiento interna. No somos burocráticos. Somos un equipo que le damos mucho tiempo al coleccionista y las piezas.