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“Una pieza mecánica es emocional”

IWC Schaffhausen
Jul 4 2017 - 16:34

Después del aniversario del Portugieser y la renovación Pilot, ahora Da Vinci.
Revisar la colección, modernizarla un poco, traerla al momento actual con las tendencias actuales. Por ejemplo, si el oro rojo no gusta más, pues cuatro o cinco años después podemos sacar fuera el oro rojo. Nos permite ser muy activos en esa situación. Ha sido un esfuerzo enorme. Cada tres o cuatro años cambiamos la línea. Da Vinci fue en el 2007 y ahora en el 2017, diez años después. Va a funcionar porque estamos muy bien posicionados y tenemos muy buenos productos.

Cambios apropiados al mercado. ¿Está la producción integrada verticalmente?
Bastante. Hacemos movimientos, piezas, cajas y todo el ensamblaje está hecho en casa. Control 100%, todos los relojes, sin excepción, son controlados en Schaffhausen. Estamos bastante verticalizados. Hay cosas que no hacemos definitivamente, por ejemplo, las esferas.

¿Cuál es la colección más apreciada?
La línea más conocida de IWC es la Portugieser, pero la Portofino también es muy conocida. En cuestión de ventas son similares. La línea Pilot que lanzamos el año pasado está fascinando mundialmente.

IWC es muy masculina, pero en los últimos años se encuentra más sex-appeal para la mujer.
La publicidad en la época que comenzó, “Unique for men”, tuvo un éxito formidable. La gente tiende a clasificar a IWC como una compañía que hace relojes sólo para hombres, pero desde hace 150 años siempre hemos tenido piezas para mujeres. Siendo honestos con nuestra historia y ADN, no podemos decir antes éramos así, ahora somos así. Siempre hemos sido de los dos.

Es muy importante hoy el lenguaje de las emociones.
Tenemos coleccionistas que en lo único que piensan es en la pieza. Les enseñamos un movimiento en una caja y quieren comprarlo. No se puede, es para que veas el calibre, pero quieren comprar el calibre desnudo. Hay gente que sabe y no hay que explicarle nada, pero la gente que busca más marca o tener un reloj de lujo, ahí aporta la emoción. Sin la comunicación correcta, esto no funciona. Tenemos seis mundos en IWC y es cuestión de aportar emociones. Una pieza mecánica es emocional y está la vivencia.

¿Cuál es el primer mercado de IWC?
IWC está muy bien posicionada y tenemos una distribución muy neutral. Toda América está muy bien. Europa está siempre estable, crecimos mucho con Asia como todas las marcas. Ahora Asia está más o menos estable por igual para todas las firmas. Para nosotros, no hay un mercado más fuerte. A veces cambia, por ejemplo, con el Brexit, se movió mucho la compra de relojes de Francia a Inglaterra. La moneda bajó tanto que los relojes, las joyas y cosas de lujo estaban muy atractivas.

Con Trump llegó el susto.
El lujo está muy relacionado con el sistema económico. Si hay terrorismo y hay problemas políticos o inestabilidad, lo primero que uno no hace es comprar un reloj. Si uno tiene dinero y se quiere comprar un reloj, pero ahí son tiempos de crisis o cambios geopolíticos y económicos, lo primero es no comprar lujo. Puede afectar.

¿Y un país que le haya sorprendido?
Japón. Si hay alguien a quien tenerle miedo al hablar de relojes, es a un japonés. No hago entrevistas con los japoneses. Se lo dejo al director de Research and Development, él conoce toda la física del reloj, porque son el tipo de preguntas que ellos hacen. El diseño no les importa. Y si uno habla y dice las cosas incorrectas, te dicen “estás mal”, aquí en el texto dice así y te lo comprueban. Son superdetallistas, les fascina el detalle. Se ponen a preguntar cuántos rubíes tiene, cómo están hechos y por qué están así, cuál es la densidad del aceite... Quieren saberlo todo.

Leslie López

Leslie López

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