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“Puedes montar una manufactura con tres máquinas en casa”

Cartier
Nov 22 2016 - 10:27

“Lo importante es la mano y el cerebro que guía esa mano”, asegura Carole Forestier. Camino de los dieciete años en Cartier, en su tarjeta de presentación dice Carole Kasapi. “Directora de creación de movimientos”. La mujer que mueve el pulso de los relojes de la maison francesa. “Elegancia, intemporalidad, no productos a la moda de ahora; y creatividad”, así define con una sonrisa la relojería de Cartier. Voilà!

El lanzamiento más llamativo este año fue el Rotonde de Cartier Astromysterieux. ¿Cómo fue el desarrollo?
En la colección del tourbillon misterioso, la parte de mercadotecnia me pidió que desarrollara una nueva complicación justamente misteriosa. Y siempre me ha gustado la ubicación central de la complicación y busqué una caja giratoria con el tourbillon al centro. Me parece algo más natural que a las 6 horas, me sale más natural técnicamente.

¿No es más complejo estructuralmente?
No podría decir eso. La complejidad es de otro ámbito, no por la propia ubicación del tourbillon. Y no es tan sólo acumular una complicación con otra, hay complejidad por todas partes, luego se vuelve exponencial la dificultad.

¿Y cómo surgió el diseño del Drive, su protagonista esta temporada?
Le cuento un secreto. El modelo Drive lo habíamos creado para “alta relojería”. Pero era tan bonito, pero dijimos vamos a hacer un reloj normal. Es un trabajo en equipo, no estoy directamente ocupada del diseño. Mi trabajo no es tanto el diseño de las carátulas, manecillas, etc.

Pensaron en no reservar esa forma del Drive, sino en democratizar la belleza.
No tenemos una caja prohibida en la alta relojería. Utilizamos ya casi todas las formas en Cartier. No hay ningún tabú.

Tal vez no interviene directamente, pero creo que sí disfruta mucho con la parte estética y el diseño.
Así es. Pero ten en presente que en un reloj skeleton sí trabajo la estética. No hay carátula, es parte de la mecánica. Justo es un trabajo de equipo. Si el diseñador dibuja cosas técnicamente que no se pueden hacer, ahí he de ofrecer otras soluciones. Trabajamos juntos para desarrollar una estética lo más finalizada posible. Con la mejor técnica y complejidad posible, en lo personal estoy convencida de que un reloj debe de ser también bonito. Aunque un reloj magnífico sin buena mecánica no sirve.

¿Cuántas personas forman ese equipo del que habla?
Somos 150 personas, un equipo grande. En el desarrollo de movimientos somos 35 personas. El equipo de diseño son 15. Para fabricación de las cajas y demás, unas 100. La mitad de los diseñadores está en París y la otra mitad, en Ginebra. Y todo el equipo de desarrollo en La-Chaux-de-Fonds.

¿Es más difícil ahora con la crisis crear nuevos relojes?
Cuando todo va bien en el negocio, todo va bien. Eres creativo y no eres autocrítico. Pero cuando va mal, has de ser autocrítico. En momentos de dificultad, has de saber crear productos para salir de esa crisis. Y a la gente no le gusta hacer autocrítica. Eso es lo realmente más difícil.

Pero Cartier siempre es creativo. Además de las piezas haute horlogerie, últimamente llegaron el Clé, el Drive... Y cuenta con el beneplácito del mercado.
Porque tenemos espíritu crítico con nosotros mismos.

Y cuentan con ese espíritu parisino, la sensibilidad como “Rey de las Formas”. ¿Eso está ya internalizado, o hay un proceso de marketing research y data, etc.?
Está totalmente integrado. Mi filosofía personal es que la historia de la maison Cartier tiene mucho tiempo y riqueza. Es un libro con muchas páginas. Y estoy a cargo para escribir otra página. Necesito saber perfectamente el comienzo de esta historia, qué pasó y cómo empezó. Si no es así, haré algo que no tiene sentido. Tengo que mirar a la maison Cartier y hacer que evolucione, pero respetando también el origen.

En general, en esta evolución, ¿qué cambios más importantes ha visto en la industria relojera?
Hace veinte años todo el mundo quería su propia manufactura. Ahora no es realmente el tema. Puedes montar una manufactura con tres máquinas en casa. Pero esto no es lo que importa, no son las herramientas. Lo importante es la mano y el cerebro que guía esa mano.

¿Y esto no se hace para que la marca gane legitimidad?
El tema no es si la manufactura es de verdad, o no. Lo importante es la inteligencia con la que se desarrollan los productos. ¿Cuál es el valor y la relevancia para el cliente? Si parte de un reloj lo fabrica otro subcontratista, lo importante es que ese tornillo sea de calidad. Hay que tomar más altura con estos cuestiones. Me pregunto a veces para qué sirve justificar si la pieza está hecha en una manufactura, o media factura, con fabricación vertical integrado. Ese no es el tema, pero fue algo muy frecuente que, a la fecha, la gente piensa que es imprescindible. Y, personalmente, creo que no es así.

Tras la manufactura, sigue un sello de garantía propio. Aunque Cartier ha optado por el Punzón de Ginebra.
Para algunas piezas. Es una decisión que se tomó desde que decidimos lanzar la colección de “haute horlogerie”. Era uno de los recursos para comprobar rápidamente el nivel de calidad que estábamos alcanzando en nuestras piezas. Y el Punzón de Ginebra es un sello de calidad totalmente reconocido e independiente. Uno no se puede autoproclamar con un propio sello ni con su nombre. No tiene sentido.

¿Qué esperamos para el 2017? Por cierto, ¿se frenó por completo el desarrollo de piezas “concept”?
Estamos trabajando también en ello. Pero la próxima temporada será más de mujer. Este año fue el Drive para el hombre y ahora habrá una sorpresa femenina. El próximo año habrá un lanzamiento comercial importante de dama. Además, tres nuevos movimientos de alta relojería y algo de métiers d’art. La historia continúa.

Leslie López

Leslie López

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